
María de Jesús Aguilar se sube un balde con agua a la cabeza con dificultad y emprende el segundo de los cuatro viajes que hace cuesta arriba, para poder llevar el líquido a su hogar. Este problema lo sufren los pobladores de la comarca La Pita, a unos tres kilómetros de Boaco.
Según Arellys Marenco, coordinadora del Comité de Agua Potable (CAP), esta situación la viven desde marzo de este año, puesto que el pozo que los abastecía de agua dejó de funcionar. “No sabemos si fue que se secó o se dañó la bomba”, explicó. Desde ese pozo, a través de tuberías, el agua llega a los hogares de esta gente.
Ahora la comunidad es abastecida por un pozo privado, pero según los pobladores ahí no pueden ni lavar ni bañarse, por lo cual tienen dos opciones: jalar más baldes de agua a sus hogares o visitar otro pozo donde tienen que succionar el agua a través de mangueras. Este último está más largo de la comunidad.
En el segundo pozo solo existe un tubo a través del cual los pobladores introducen mangueras y empiezan a succionar para obtener agua y así lavar y bañarse.
“Tenemos que chupar varias veces para poder sacar agua, es bastante incómoda la situación. La otra opción que tenemos es esperar ocho días a que llegue el agua hasta la casa”, agregan.
Se estima que unas ochenta familias que habitan esta comunidad son las que pasan penurias para poder llevar un poco de agua hasta sus hogares.
PAZO SIN ATENCIÓN
“ Este pozo es de la comunidad, lo hicimos con ayuda de Japón y la Alcaldía Municipal, pero el encargado de darle mantenimiento anual es Enacal, ya mandamos carta a Mercedes Campos (delegada) y todavía no nos dan solución, hace un año fue la última vez que mandaron a darle mantenimiento al pozo”, expuso Arellys Marenco, coordinadora del Comité de Agua Potable (CAP).
De acuerdo con Marenco, el año pasado la comunidad y la Alcaldía Municipal invirtieron cuarenta mil córdobas, para profundizar las tuberías del pozo que los abastece, para no tener problemas de sequía en el futuro. “Ahora el problema es que tenemos que esperar ocho días para que se llene la pila y luego abastecer a la comunidad”, agregó.
“Algunas mujeres hacen diez viajes porque su familia es más grande, estamos sin agua y ya ve la dificultad que pasamos para tenerla”.
María de Jesús Aguilar, pobladora de La Pita.